Mientras editaba unos documentos editados por mis compañeros del FRIU de la U. de Guayaquil (siempre tienen buenas iniciativas), encontré uno que me llamó la atención, con iconos rojos, la estrella y un puño izquierdo se divisaba una sobresaliente frase “LA PODEROSA FILOSOFÍA DEL EJEMPLO”
Esta sentencia me hizo reflexionar sobre muchas anécdotas pasadas, en la dirigencia estudiantil; la juventud y en general las personas, reproducen, emulan y hasta copian las formas de comportamientos de quienes los rodean, o de quienes admiran.
En ciertos momentos no advertimos este fenómeno psico-social y desaprovechamos su participación en la formación de nuevos y mejores cuadros dirigentes.
Siempre las palabras que buscan persuadir a alguien con una idea, debe ir acompañada de una acción práctica que evidencie su veracidad.
El motivo por el que hago estas reflexiones, es la experiencia que estoy viviendo en este año ocho meses de encierro.
Durante este tiempo he compartido un intenso dialogo con las personas donde he aprovechado para transmitir las ideas de cambio, las perspectivas de la victoria revolucionaria, es seguro que alguna de mis palabras habrían calado en una que otra conciencia, pero cuando mis compañeros de encierro me miraban leyendo, al poco tiempo, tenía dos o tres personas que me pedían un libro y me acompañaban en la lectura; cuando me predisponía a trotar en la pequeña cancha, en la segunda vuelta ya estaban unos cuantos acompañándome, y lo que más me lleno de alegría, fue cuando se acercaron varios compañeros para preguntarme como se podía hacer para estudiar, sea en el colegio en la universidad.
Sin tiempo que perder los puse en contacto con las personas encargadas de la Extensión de la Universidad donde me encuentro y aspiramos que al menos unos dos o tres más opten por una carrera universitaria en prisión.
Hay un camarada que siempre al terminar sus análisis respecto a la formación de los cuadros nos decía “el ejemplo, no lo olviden siempre con el ejemplo”
8 de agosto de 2011
Nueva Loja